Artículos de la Comunidad

5 historias de esparcimiento de semillas -y lecciones- en Brasil

Posted January 31, 2025

A lo largo de Brasil, las comunidades han demostrado cómo la agricultura sostenible, la educación ecológica y un compromiso compartido con el cuidado de la creación pueden generar un cambio profundo y duradero.

Cultivando la sostenibilidad en todo Brasil

Manaos: Plantando semillas de resiliencia

En la comunidad de Zumbi dos Palmares, las Hermanas de la Divina Providencia establecieron un próspero huerto comunitario. Sus esfuerzos incluyeron la organización de dos talleres de compostaje, a los que asistieron más de 60 participantes, y la capacitación a 250 mujeres en las habilidades necesarias para cultivar hortalizas y producir compostaje. Estas actividades no solo mejoraron la seguridad alimentaria, sino que también aportaron nuevas fuentes de ingresos a través de ferias de economía solidaria.

«Cada semilla que plantamos alimenta no solo la tierra, sino los sueños de nuestra comunidad», afirmó Ir. Elis Alberta Ribeiro dos Santos.

Formosa: Conectando educación y ecología

Las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de los Dolores de Formosa combinaron la educación ecológica práctica con una sólida iniciativa de jardinería. Más de 890 participantes, entre estudiantes, profesores y familias, aprendieron técnicas de compostaje, plantaron huertos de frutas y verduras y revitalizaron los espacios verdes de los alrededores de la escuela.

  • Más de 900 miembros de la comunidad han adoptado prácticas sostenibles, como el compostaje y la reducción del uso de plásticos.
  • Los árboles autóctonos y frutales plantados cerca de un manantial contribuyeron a los esfuerzos de revitalización del agua y reforzaron la conexión de la comunidad con la naturaleza.

«Cada semilla plantada representa una lección de esperanza y un compromiso con el cuidado de la creación», afirmó Roseli Chaves da Silva.

Itapetininga: Una cosecha de salud y comunidad

En Itapetininga, las Hermanas de Nuestra Señora Reina de la Paz (ANPAZ) mejoraron el programa de almuerzos escolares con verduras frescas y sin pesticidas de su huerto. Su iniciativa también animó a 137 estudiantes y 500 miembros de la comunidad a comprometerse con la conservación del medio ambiente mediante talleres prácticos.

«Las verduras que cultivamos no solo nutren el cuerpo, sino también la mente y el espíritu», afirmó Marinita Alves Lima.

Algunos de los resultados fueron:

  • Aumento del consumo de vegetales entre los estudiantes.
  • Mejor comprensión de los beneficios medioambientales de la agricultura sostenible entre las familias y el personal.

Porto Alegre: un jardín en crecimiento

En Porto Alegre, las Hermanas Franciscanas Bernardinas superaron importantes retos, como las inundaciones de Rio Grande do Sul, para mantener su huerto. En este proyecto participaron 320 niños, adolescentes y voluntarios, que produjeron verduras frescas y sin pesticidas, al tiempo que enseñaban técnicas de agricultura sostenible.

  • 150 familias se beneficiaron directa e indirectamente de la cosecha del huerto.
  • En los talleres se enseñaron estrategias de resiliencia, como la rotación de cultivos y el control natural de plagas.

«Estos huertos son un testimonio de resiliencia y de compromiso con la Tierra y con nuestra comunidad», afirma la hermana Samanta Karla de Sousa Carneiro.

Maceió: El rincón verde de la esperanza

Las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús de Maceió presentaron el «Rincón Verde», un espacio de educación ecológica y jardinería práctica. Participaron más de 100 niños y adolescentes, muchos de los cuales experimentaron por primera vez la siembra y la preparación de la tierra. El proyecto también incorporó terrarios, que proporcionaron una forma atractiva de combinar la educación ecológica con oportunidades de generación de ingresos.

  • 50 plántulas distribuidas a niños y familias.
  • Las familias participaron en talleres sobre compostaje y agricultura sostenible, fomentando un sentido comunitario de responsabilidad ecológica.

«Para muchos era la primera vez que tocaban la tierra», dijo Ir. Shyrley Carvalho Silva. «Despertó la alegría y el sentido de la responsabilidad de cuidar nuestra casa común».

Impacto creciente: En cifras

En total, 31 mujeres religiosas de 5 congregaciones lideraron estos proyectos, empoderando a sus comunidades y alcanzando objetivos ecológicos transformadores.

  • Beneficiarios directos: Más de 1.600 personas en todo Brasil, entre ellas mujeres, niños y educadores.
  • Alcance indirecto: Más de 7.000 miembros de la comunidad se beneficiaron de los conocimientos y recursos compartidos.
  • Talleres organizados: Más de 12 talleres sobre compostaje, conservación del agua y agricultura sostenible.
  • Plántulas sembradas: Cientos de plántulas de hortalizas, frutas y árboles autóctonos que contribuyen a la seguridad alimentaria y la conservación ecológica.
  • Educación medioambiental: Los niños aprendieron las habilidades prácticas, como el cultivo de plantas, el compostaje y la conservación de los recursos, a través de actividades prácticas.

Avanzamos juntos

El éxito de estos proyectos resalta el poder de la acción colectiva para generar un cambio sostenible. Cada semilla plantada y cada huerto cultivado reflejan un compromiso más profundo con nuestro futuro compartido.

A medida que estas comunidades continúan su transformación ecológica, nos inspiran a todos para dar pequeños pasos significativos en el cuidado de nuestra casa común. Recorramos juntos este camino hacia un mundo más justo, sostenible y esperanzador.

Agradecimientos

Estas impactantes iniciativas han sido posibles gracias al apoyo de la Fundación Hilton, la Unión Internacional de Superiores Generales y el Movimiento Laudato Si’.