Este es un blog de Hee-Jeong Nam, miembro de la Comunidad de Vida Cristiana (CVC) de Corea.
“Como habitante de una aldea agrícola, siempre me ha interesado el medio ambiente”, dice Nam. “Pero llegué a tener una actitud despierta hacia los temas medioambientales hace más de 20 años, cuando hice mi primer compromiso en CVC y cuando mi comunidad local intentaba encontrar una actividad apostólica comunitaria”.
A continuación, Nam explica cómo utiliza los hábitos alimentarios sostenibles para enseñar a la gente -desde niños de guardería hasta adultos- a ser comedores más sanos y conscientes de la Tierra.
Llevo más de dos décadas cultivando huertos ecológicos y dirigiendo Osaek Omi Babsang, que significa “Una mesa con cinco colores y sabores diferentes”.
Hace unos 20 años, me uní a los miembros de la CVC, dedicándome a la perspectiva cristiana en la sanación del medio ambiente. Mientras estudiaba cuestiones medioambientales, aprendí que la alimentación tiene un gran impacto no sólo en la salud de las personas, sino también en la propia Tierra.
Con la misión de informar a todo el mundo sobre la alimentación sana, he trabajado como instructora en jardines de infancia, escuelas primarias, secundarias y preparatorias, así como en unidades militares, grupos ecologistas y grupos cívicos.
Enseño a jóvenes y mayores cómo afecta la comida a su salud y a nuestro medio ambiente. En particular, hago hincapié en por qué la comida local y los movimientos slow food son vías alternativas.
Sin embargo, consciente de que es difícil cambiar los hábitos alimentarios sólo con educación, también dirijo clases de cocina ecológica para demostrar cómo cocinar alimentos sanos y nutritivos.
Desde hace cinco años dirijo Osaek Omi Table para animar a la gente a comer de forma más sana. Además, les enseño a proteger el medio ambiente a través de la comida. Por ejemplo, en Osaek Omi Table utilizo envases multiusos en lugar de desechables y preparo comidas con ingredientes vegetales que yo misma he cultivado.
Lo más gratificante es presentar formas alternativas de comer que sean más sanas y más sostenibles mediante clases de cocina, compartir alimentos con familias de bajos ingresos y abrir restaurantes para niños mediante asociaciones con miembros de la comunidad y residentes locales.
Confieso que soy capaz de crecer continuamente y difundir por el mundo estas actividades alimentarias que salvan la tierra porque Jesús está conmigo.