La Conferencia de las Partes en el marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, más conocida como COP28, comienza esta semana. Es fundamental que el mensaje moral de la ecología integral sea escuchado durante estas negociaciones promovidas por la ONU.
La Ciudad del Vaticano es parte en el Acuerdo de París sobre el clima, y contribuirá a perfilar el resultado final de estas negociaciones. Además, la Iglesia católica universal aporta una importante voz moral que puede contribuir positivamente a todos los debates sobre el cambio climático. La doctrina social católica, la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco y la exhortación apostólica Laudate Deum, así como la buena voluntad de todos los hombres y mujeres de la Iglesia y de fuera de ella, son un factor positivo.
La contribución determinada a nivel nacional
En octubre del año pasado, la Ciudad del Vaticano se adhirió oficialmente al Acuerdo de París sobre el clima. Ha establecido su “contribución determinada a nivel nacional” (NDC) inicial, o un plan que describe cómo reducirá la contaminación por gases de efecto invernadero. Los objetivos del plan se entregaron en mayo de 2023 y están disponibles aquí.
Aunque muchos otros Estados han presentado sus propias contribuciones, la Ciudad del Vaticano desempeña un papel especial en la COP28, más allá de los intereses políticos y económicos. Centrarse en las dimensiones éticas de la crisis climática es crucial en un mundo que se enfrenta a sus trágicas consecuencias para nuestros hermanos y hermanas.
Integración de la doctrina social católica
La Iglesia católica cuenta con un rico legado de doctrina social desarrollado a lo largo de los siglos, y sus principios serán fundamentales en el mensaje que el Vaticano lleve a la COP28: entre ellos, el énfasis en la dignidad de cada persona, la importancia del bien común y una opción preferencial por los pobres. En el contexto de la crisis climática, estos principios exigen políticas que den prioridad a nuestros prójimos más vulnerables.
Laudate Deum: Un toque de clarín
La exhortación apostólica Laudate Deum del Papa Francisco, publicada en octubre, pide medidas urgentes, concretas y obligatorias para mitigar los efectos negativos del cambio climático. Espera que la COP28 sea “histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos.” (LD 59) En particular, pide algo en lo que el Vaticano también sigue trabajando: una transición justa para abandonar los combustibles fósiles. Como dice el Santo Padre, “la transición que se necesita, hacia energías limpias como la eólica y la solar, abandonando los combustibles fósiles, no tiene la velocidad necesaria” (LD 55).
Una brújula moral en el discurso mundial sobre el clima
Mientras la comunidad mundial se reúne en la COP28, los representantes del Vaticano estarán entre los que escuchen y participen en las conversaciones sobre el clima. Ofrecerán la sabiduría de la Tradición católica, junto con algunos ejemplos de cómo la Iglesia está realizando cambios positivos, incluido el de la Plataforma de Acción Laudato Si’. Cuando se necesita una voz moral crítica, la plataforma ofrece un modelo global de más de 8200 organizaciones católicas y no católicas participantes y personas de 144 países, que están trabajando concretamente en un camino intencional hacia la ecología integral. Estos participantes tienen el potencial de influir en 125 millones de personas, y cuentan con el apoyo de herramientas de planificación, recursos y una comunidad que se ha unido en un itinerario para cuidar de la creación de Dios. Proyectos concretos inspirados en la fe como la plataforma son una de las formas en que el Vaticano y otros participantes religiosos en la COP28 ofrecerán un contrapeso a la industria de los combustibles fósiles y tratarán de inspirar una transición justa en la que la ecología integral se convierta en la norma.
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La autoridad moral de los obispos católicos en la COP28 de Dubai