Nos amó en nuestra mayor fragilidad y en nuestra mayor fidelidad
Posted May 5, 2025
“Nos amó en nuestra mayor fragilidad y en nuestra mayor fidelidad.”
“Una ternura firme por la Tierra y por los necesitados.”
“Cada uno de sus actos fue un llamado al amor.”
El Papa Francisco no solo le habló a los católicos, le habló a la conciencia del mundo. A través de sus gestos, de sus palabras y de su valentía profética, inspiró a una generación de constructores de esperanza: educadores, hermanas, campesinos, migrantes, artistas, madres y jóvenes. Muchos nunca lo conocieron personalmente, pero todos se sintieron vistos por él. Este homenaje reúne sus voces, cada una es un eco de la suya.
Hna. Marie Véronique MBÉLÉ AYISSI
Misioneras de la Esperanza, Camerún
El Papa Francisco nos dijo que no olvidáramos a las periferias. Así que fuimos, a los lugares que otros habían abandonado, a comunidades rurales profundas, hacia las vidas humanas frágiles. Su llamado hizo que nuestras vidas fueran menos acerca de la comodidad y más sobre nuestra presencia. Aprendí a confiar en Dios .Aprendí que acompañar a mi prójimo puede ser gratuito. Que el amor por los necesitados no es una teoría. Es una desición. Él me mostró que pobres y ricos somos hermanos. Que debemos cambiar nuestra forma de tratar la Tierra. Que la Jornada Mundial de los Pobres no solo es un evento, sino una denuncia y una promesa.

La Hna. Marie Véronique Mbélé Ayissi saluda al Papa Francisco.
Hno. John Sulle, OFMCap
Tanzania
Tu ministerio despertó en nosotros un movimiento de conversión ecológica. En Tanzania, ahora plantamos “árboles de cumpleaños” La juventud se pone de pie con un mensaje de gratitud, gratitud porque este planeta nunca fue nuestro para explotar, sino para cuidar. Nos guiaste con una firmeza tierna, nunca te olvidaremos.
Angela
Me diste el valor de decir en voz alta lo que antes solo susurraba: que la Tierra es sagrada, que la justicia climática forma parte del Evangelio. Ahora lo proclamo en mi iglesia, en mi hogar, en las calles. Gracias
Noel Toro
Durante nueve años, guardé tus palabras en mi escritorio: “Confía puramente, siente con sencillez, sonríe y llora.” Me ayudaste a volver una y otra vez al Evangelio. Me diste la libertad de sentir profundamente y de vivir como si la alegría importara.
Hna. Irene Mercy
Kenia
Recuerdo cuando viniste a Nairobi y visitaste nuestra carpa de atención a personas con VIH. No hubo espectáculo, sólo tu presencia. Tu humildad me estremeció. No miraste hacia abajo, miraste hacia adentro. Escuchaste. Y al hacerlo, los hiciste visibles.
Tulio R. Bastidas Viloria
Venezuela
Gracias a ti, veo mi trabajo como ingeniero forestal no solo como una profesión, sino como una vocación. Me ayudaste a enraizarlo en la fe. No convertiste la sostenibilidad en una moda, sino en un imperativo moral. En Carabobo, nuestra comunidad lanzó “Cumaca Sustentable”, un proyecto Laudato Si´ que nació de tus palabras y de tu testimonio.
Hna. María Graciela Trivilino
Argentina
Como hija franciscana: gracias por ser un Pastor con apariencia de oveja. Por ir a los lugares que hemos olvidado y por nombrar a quienes nadie nombra. Por recordarnos que nuestra misión no es juntar riquezas, sino tejer una red de amor, persona a persona. Caminaste por el mundo. Y tus palabras despertaron el nuestro.
Alice, Países Bajos
Plantamos siete árboles Laudato Si´. Formamos un equipo. Estudiamos los textos. Vimos los documentales. No solo nos diste un mensaje, nos diste una metodología. No solo nos diste un desafío, nos diste una comunidad.
Varinia Moreno Córdova
Gracias, Papa Francisco. Nos enseñaste que los gestos más pequeños pueden contener el amor más grande. Nos recordaste que la fe no solo se proclama, se vive, muchas veces en silencio, con manos temblorosas, con el corazón abierto. Tu legado no es una sola idea. Son mil semillas.
Ahora digamos lo que tantos han dicho en oración:
Nos diste una Iglesia con los ojos abiertos.
Nos recordaste que “todo está conectado.”
Nos mostraste que cuidar de la creación es cuidar de Cristo.
Nos diste el valor de actuar.
Nos pediste soñar
Y cuando nos dejaste, lo hiciste tiernamente, con tu última bendición, tu último caminar entre nosotros.
Ahora, seguimos adelante.
Guiados por tu amor.
Humildes ante tu ejemplo.
Y sostenidos por tu legado.
Laudato Si’, Papa Francisco. Siempre.
Nota:
Algunos participantes de la Plataforma de Acción Laudato Si´ optaron por no revelar sus apellidos en los mensajes anteriores.