Despertar a la Encarnación: un llamado del Adviento al coraje ecológico

¿Y si Dios te estuviera pidiendo a ti, a tu familia, a tu parroquia, a tu escuela, a tu comunidad hacer lugar a Cristo esta Navidad precisamente en los lugares donde la creación está más amenazada?

El Adviento siempre comienza con una pregunta: ¿Estamos despiertos? No solo espiritualmente, sino también social, ambiental y moralmente. El Evangelio nos insta a permanecer alerta, a notar dónde la vida es frágil, dónde la esperanza está amenazada, dónde Dios está pidiendo silenciosamente un hogar.

Este año, esa pregunta tiene un significado diferente. Vemos comunidades desplazadas por incendios e inundaciones, jóvenes preocupados por el futuro del planeta y ecosistemas que luchan por respirar. Y, sin embargo, el Dios que esperamos no llega con control ni certeza, sino como un recién nacido, totalmente dependiente, vulnerable, confiado al cuidado humano.

Si la Encarnación tuviera lugar hoy, ¿la reconoceríamos?

¿Le haríamos espacio?

¿O estaríamos demasiado ocupados, demasiado abrumados o demasiado resignados para notar la luz que irrumpe?

El pesebre nos enseña algo esencial: la salvación comienza en los lugares más pequeños y más ignorados. En un comedero de madera. Durante una noche tranquila. En un pedazo de la creación que se volvió santo simplemente porque Cristo eligió morar allí.

Así que nos preguntamos a nosotros mismos y a los demás:

• ¿Dónde están los «pesebres» en nuestras vidas e instituciones que necesitan ser limpiados para dar la bienvenida a una nueva vida?
• ¿Qué hábitos, estructuras o comodidades nos impiden vivir la conversión ecológica que profesamos?
• ¿Qué paso valiente, pequeño pero real, nos invita Dios a dar en esta temporada?

La Navidad es audaz. Nos dice que Dios entra en nuestro mundo no para decorarlo, sino para transformarlo. La luz que brilla en Belén está destinada a brillar a través de nosotros, a través de nuestras elecciones, nuestras relaciones, nuestras instituciones, nuestro testimonio.

Como esfuerzo global detrás de la Plataforma de Acción Laudato Si’, recorremos juntos este camino. Y por eso preguntamos, con humildad y honestidad:

¿En qué tipo de Iglesia nos estamos convirtiendo a través de la forma en que cuidamos nuestra casa común?

Que este Adviento despierte nuestra imaginación.

Que esta Navidad fortalezca nuestro valor.

Y que el Cristo que viene en vulnerabilidad nos enseñe a amar con audacia, concretamente y con renovada esperanza por la Tierra que compartimos.

Con gratitud y oración,

El Equipo de la Plataforma de Acción Laudato Si’

Foto destacada: “Mass in St Jerome’s Cave in the Church of the Nativity in Bethlehem” by Catholic Church England and Wales, CC BY-NC-ND 2.0