Kiribati desempeña un papel vital en la protección costera

Con su punto más alto a no más de 3 metros sobre el nivel del mar, Kiribati, en el Pacífico central, es extremadamente vulnerable a los efectos negativos del cambio climático. 

La subida del nivel del mar, la sequía, la escasez de agua dulce debida a la intrusión marina y la destrucción de los corales están causando daños generalizados a este país insular, sin que ellos tengan la culpa.

Pero en lugar de rendirse ante la devastadora destrucción medioambiental de su patria causada por los países más industrializados, los habitantes de Kiribati están haciendo lo contrario. Están pasando a la acción.

En respuesta al Clamor de la Tierra, uno de los siete Objetivos Laudato Si’, los Misioneros del Sagrado Corazón de Kiribati movilizaron a los jóvenes para recoger y plantar árboles de mangle, una planta que desempeña un papel vital en el hábitat marino y la protección de las costas. 

El 4 de octubre, con motivo de la clausura del Tiempo de la Creación 2021, se plantaron unos 1.000 ejemplares de mangles mediante una acción concreta que implicó a los jóvenes en el cuidado y la protección de nuestra casa común.

Las acciones no se detuvieron ahí. En enero de 2022, los Misioneros del Sagrado Corazón de Kiribati volvieron a reunir a jóvenes de la isla para plantar más mangles. 

Hasta la fecha, los jóvenes han plantado unos 3.000 manglares, con un proyecto de plantar más y más a medida que pasen los años, incluso durante el Tiempo de la Creación 2023, del 1 de septiembre al 4 de octubre.

Inspirados por la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco y guiados por un Plan Laudato Si’, los Misioneros del Sagrado Corazón en Kiribati están tomando medidas concretas para proteger los recursos costeros más preciados del planeta para las generaciones venideras.