A medida que avanza el Tiempo de la Creación, reflexionar sobre el trabajo del pasado puede servir de inspiración para el futuro. Hoy repasamos el increíble itinerario de los beneficiarios de las microdonaciones 2022-2023 de la Plataforma de Acción Laudato Si’, cuyos proyectos se han transformado en comunidades. Esta asociación entre la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) y el Movimiento Laudato Si’ se creó para apoyar a las congregaciones religiosas femeninas de Brasil y el África francófona, centrándose en mejorar el bienestar de la comunidad a través de iniciativas sostenibles.
Transformando comunidades, proyecto a proyecto
En Brasil, las Hermanas Franciscanas Bernardinas aprovecharon su subvención para entrelazar la fe con la gestión medioambiental a través de un creativo folleto educativo. La hermana Gilbetânia Ferreira de Andrade comentó: «Esta herramienta no solo ha difundido la conciencia ecológica, sino que ha profundizado el compromiso de la comunidad con el cuidado de nuestra casa común, involucrando a todos, desde los jóvenes estudiantes de Porto Alegre hasta nuestra comunidad religiosa en todo Brasil.»
Mientras tanto, en Camerún, las Hermanas Terciarias de San Francisco se embarcaron en un proyecto de agricultura sostenible que no solo mejoró la seguridad alimentaria, sino que también fomentó un estilo de vida más saludable al reducir la dependencia de los fertilizantes químicos. La hermana Annette Tangwa compartió: «El éxito del proyecto se ha caracterizado por un importante ahorro de costes y una mejora de los resultados sanitarios, lo que demuestra que pequeñas semillas pueden producir cosechas sustanciales.»
Más al norte, en la República Democrática del Congo, las Hermanas del Divino Salvador iniciaron una plantación de árboles frutales. La hermana Sylvie Thumba destacó: «Este proyecto ha hecho algo más que embellecer el paisaje; se ha convertido en una fuente vital de nutrición y salud, promoviendo la seguridad alimentaria entre las comunidades locales y las escuelas implicadas.»
En otra parte del Congo, las Hermanas Benedictinas del Monasterio de Emaús abordaron una necesidad crítica de agua limpia. Su proyecto no solo facilitó el acceso al agua potable a su comunidad, sino también a las zonas circundantes, beneficiando significativamente la vida cotidiana y la salud durante la estación seca. La hermana Francine Manenga Samba señaló: «Esta iniciativa ha sido un salvavidas, literalmente. El agua es vida, y ahora fluye en abundancia, bendiciendo a todos los que vienen a nuestro monasterio y a las comunidades cercanas.»
Agradecimientos y compromiso continuado
Muchos otros grupos también han contribuido de forma significativa a sus comunidades, como las Hermanas de la Caridad de Abomey-Calavi (Benín), que crearon huertos comunitarios, y las Hermanas de San José de Tocantins (Brasil), que mejoraron las instalaciones educativas con soluciones de energía renovable.
Estas iniciativas reflejan un mosaico de esfuerzos de colaboración, en el que cada beneficiario ha dado pasos hacia la conversión ecológica, inspirado por la visión de Laudato Si’. Al tiempo que celebramos sus logros, también reconocemos el compromiso continuo necesario para mantener y ampliar estos éxitos.
Avanzamos con esperanza
Estas labores nos recuerdan el poder de la acción colectiva y el valor duradero de las pequeñas donaciones. Estos proyectos no se limitan a satisfacer necesidades inmediatas, sino que abren el camino hacia un mundo más sostenible y equitativo para todos.
En el espíritu del Tiempo de la Creación, sigamos apoyando estas iniciativas vitales y mantengamos el impulso en futuros proyectos.
Los socios del programa expresan su gratitud a la Fundación Hilton por su generosa financiación, que ha sido decisiva para el éxito de estos proyectos transformadores.