Ubicación y significado
En el Cerro Colorado de la comuna de Renca, Santiago de Chile, se levanta el Santuario Laura Vicuña, dedicado a la beata chilena. Este lugar de encuentro sirve de vegetación y refugio espiritual. Situado al norte de Santiago, una zona con escasez de espacios verdes debido a limitaciones geográficas y económicas, el santuario proporciona un soplo de aire fresco muy necesario.
Trinidad Donoso, responsable de comunicación del santuario, afirma: «Necesitamos potenciar este lugar de encuentro. Un espacio que nos pertenece a todos».
Celebración de los 130 años
Recientemente, la Municipalidad de Renca celebró su 130º aniversario en alianza con la Fundación Laura Vicuña de una manera profundamente simbólica: plantando más de 2.000 árboles nativos, como molly, pimientos y diucas, con el objetivo de capturar 78 toneladas adicionales de emisiones de CO2 al año y proporcionar un nuevo pulmón verde para Santiago.
Este evento contó con diversos y numerosos asistentes, desde niños pequeños hasta ancianos, que participaron activamente no solo en la plantación de árboles, sino también en cultivar un legado de cuidado del medio ambiente. Donoso recuerda un momento conmovedor durante el evento de plantación de árboles: «Una niña le dijo a su madre: ‘Nunca olvidaré este día’. Esto nos demuestra que no sólo estamos plantando árboles. Estamos plantando semillas en los corazones de la gente».
Visión y misión ecológicas
Esta visión ecológica complementa la gran misión de la Fundación Beata Laura Vicuña, inspirada en la vida de Beata Laura Vicuña. «Queremos ser un cambio para el planeta aquí en Chile», afirma la Directora Ejecutiva, Hermana Marianela Sánchez, reflejando un profundo compromiso con la sanación ambiental y social.
Colaboración y esfuerzos comunitarios
La consecución de estos objetivos requiere la colaboración de diversos sectores. Funcionarios del gobierno local, empresas y miembros de la comunidad se unen, encarnando el espíritu de buena voluntad esencial para este tipo de iniciativas. El compromiso va más allá de la plantación de árboles. Incluye actividades de reciclaje, compostaje e incluso compromisos espirituales como la instalación de una estatua de 4 metros de la Virgen María y el desarrollo de Vía Crucis al aire libre. Estos elementos integran la espiritualidad ecológica en su misión principal. Como dice la Hermana Sánchez: «Cada acción nos acerca más a nuestra comunidad y al corazón de nuestra Iglesia, que son las familias.»
Consejos para iniciativas similares
Entonces, ¿qué consejo ofrecen a otros que deseen iniciar cambios similares? «La persistencia, la constancia y el trabajo en equipo son claves», aconseja Donoso. La hermana Sánchez añade una reflexión: «Mirar al planeta, pensar en el legado. Antes pensábamos en el legado como algo material que pasaríamos a nuestros hijos. Pero hoy es para el planeta. Estas pequeñas acciones son para los niños. No tenemos otra opción».