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Comparte una olla: Fomentar la comunidad y el bienestar de los ancianos de Singapur

Posted September 19, 2023

En nuestro mundo en rápida evolución, la tecnología y la urbanización pueden llevar a veces a la desconexión. Como nos advierte el Papa Francisco en la Laudato Si’: “La vida se convierte gradualmente en una entrega a situaciones condicionadas por la tecnología, considerada ella misma como la clave principal del sentido de la existencia.” (110)

Las comunidades de Singapur se han comprometido a mantener sus valores de cuidado y respeto a pesar del ritmo vertiginoso de los cambios. Estas comunidades están ayudando a sus hermanas y hermanos mayores a “envejecer en casa” el mayor tiempo posible. 

Este enfoque compasivo y respetuoso garantiza que las personas mayores puedan seguir viviendo en entornos y comunidades familiares que atesoran una gran cantidad de recuerdos y conexiones. 

Una iniciativa innovadora que ayuda a prolongar y mantener este sentimiento de pertenencia en los ancianos es el programa “Comparte una olla“, puesto en marcha por las mentes previsoras de Yishun Health.

 

El corazón de “Comparte una olla” 

“Comparte una olla”, que comenzó en 2014, crea un sentido de comunidad, promueve el estado físico y proporciona apoyo nutricional a los adultos mayores. 

En varios lugares de la isla, los mayores se reúnen para hacer ejercicio en grupo, mejorando su bienestar físico a través de actividades compartidas. Después, se reúnen en torno a una abundante ración de sopa nutritiva, que recuerda a las reuniones familiares en torno a una olla humeante.

Este simple acto de compartir alimento y conversación tiene un gran impacto en su bienestar general. A través de estas reuniones, los ancianos crean vínculos, entablan amistades duraderas y rompen el aislamiento que suele afectar a las personas mayores. 

 

Un poderoso antídoto contra la soledad

El éxito de “Comparte una olla” no sólo es evidente por su número -más de 30 sedes en todo Singapur-, sino también por las historias personales que han surgido. 

Ancianos como Ho Luan Eng, de 84 años, comparten sus experiencias de mejora de la salud y nuevos contactos que han alegrado sus vidas.

“Durante un año no pude salir porque estaba enferma y tuve una caída. Después de venir aquí a hacer ejercicio, estoy más sana. También he podido hacer amigos y hablar con ellos”.

– Mdm Ho Luan Eng, 84 años

 

“Comparte una olla” aporta nutrición y conexión

Iniciativas como “Comparte una olla” son vitales para crear ecosistemas solidarios y humanos que acojan y animen a todo el mundo. También es un poderoso recordatorio de que cada barrio tiene el potencial de convertirse en un refugio donde las personas se conocen, se reconocen y se apoyan.

La historia de “Comparte una olla” es un testimonio del poder transformador de las pequeñas acciones y los grandes corazones, y nos recuerda que, cuando nos unimos, podemos crear un mundo en el que todos prosperen.